El adiós. Bienvenida Fénix

La despedida

Algunos o muchos de nosotros sabemos que es muy duro decir adiós a algo que se ama. Cortar los lazos, dar vuelva la página, cerrar la puerta y no volver atrás. Mi última visita fue todo un símbolo: recogí la olvidada cajita de magia que asomaba entre las grietas del  paisaje yermo y salí.

Le di mi último adiós a aquellos muros blancos; otrora llenos de risas y de letras, intrigas y conspiraciones, que llenaban nuestras horas de los días y las noches.

Como último tributo dibujé un emote de una flor, quizá para poner una nota viva en medio de la desolación. Y un clic soltó las amarras. Finalmente te deje ir Hira o me has dejado ir.

Es que la vida tiene algo que es un auténtico antídoto para sanar: el tiempo. Esta inexorable medicina lo sana todo. Todo.

El resurgir

Así es que un día despertamos y nos damos cuenta que nuestro corazón solo alberga recuerdos pero que éstos ya no sangran. Son momentos que cuando se evocan son un puñado de sonrisas, pero los pañuelos no hacen falta.

Con unas nuevas gafas podemos ver la puerta mágica que se abre para nosotros y sin saber cómo hemos vuelto a enamorarnos!!! Ese proyecto que parecía que no despegaba es un barco a toda marcha. Nuevos tripulantes, nuevas aventuras, y un norte mágico que nos vuelve a delinear -además de emotes- las sonrisas. Sencillamente, te das cuenta que eres una Fénix. Solo resta volar, y volar muy alto, en busca de cielos nuevos y horizontes anaranjados.

A todos vosotros, hiranenses, un GRACIAS gigante. Sin vosotros la magia no es posible.

Y a ti Alex, que desde el maravilloso mundo de los códigos, vistes de magia a nuestra pequeña Hirana -mi reconocimiento y  agradecimiento- porque cada día le agregas nuevas luces.

Gabriela